Si arriendas tu propiedad, asegura tu inversión
Invertir en propiedades para arrendarlas es una práctica muy común en Chile y es una excelente opción para quienes desean sacar provecho de su patrimonio. Pero, para asegurar una óptima relación entre arrendador y arrendatario y garantizar la seguridad de ambas partes, es importante que el dueño de la propiedad realice algunas prácticas que resguarden su patrimonio.
Aunque no es una obligación, lo recomendable es que si tienes una vivienda en arriendo contrates una póliza de seguro para proteger el continente, así como cubrir los daños ocasionados por el inquilino.
Contratar una póliza es una buena decisión. En el caso de las viviendas, existen varias opciones de cobertura que se adaptan a las necesidades de cada propietario
Por eso, es muy fácil armar un paquete que incluya la cobertura necesaria a distintos precios. Teniendo en cuenta que la cuota a pagar mensualmente por la póliza será considerablemente baja frente al pago que deberá realizarse en caso de que exista algún imprevisto o daño que provoquen tus inquilinos.
Otro motivo para contratar este servicio es la rapidez con la que se resolverá el problema. En caso de que hubiera daños a la propiedad, tan solo será necesario realizar una llamada telefónica para darle solución al inconveniente. La rapidez en dar con una solución podría ser muy valiosa en los casos en los que haya que reconstruir o reparar daños muy grandes, como los que pueden ser consecuencia de incendios, sismos o inundaciones. En última instancia, la tranquilidad que traerá consigo contratar este tipo de pólizas será el motivo principal por el cual elegir hacerlo.
Y si el inquilino eres tú:
Lo ideal es que también contrates un seguro que cubra los daños ocasionados a paredes o puertas. Además, protege tus objetos personales ante un robo o siniestro. Un seguro de hogar incluye el valor por los objetos personales que se encuentran en el interior del inmueble. La reposición de objetos en caso de robo, destrucción o deterioro resultará muy valiosa si se tiene en cuenta el gasto que implicaría reponerlos por cuenta propia.